¡Buenas Tardes!
¿Cuánto vale la Amistad? ¿Se puede
calcular su valor? Hablamos de aquella que es intemporal, eterna, para siempre.
Aquella que ni se preocupa ni entiende del cuándo ni del dónde. Aquella, la de Verdad.
El Inversor Inteligente Castellano diría que ésa, la de Verdad, tiene un Valor Intrínseco infinito. Imagínese
los réditos en felicidad de una Amistad de Verdad descontados desde la
eternidad hasta hoy.
Para prácticamente todos los mortales
comunes la suma es tan incalculable como inimaginable. Para el Inversor
Castellano, es incluso mayor que para el hombre-común-normal, y eso es porque
el Inversor Castellano valora muchísimo su tiempo, y sabe que uno de las
mejores inversiones que ha hecho y que hará, es invertir en Amistad. Así dice el
dicho: “Quien tienen un amigo tiene un tesoro”.
Todos y todas, o casi todos y todas,
hemos tenido una amistad de éstas, de Verdad. Algunos y algunas, afortunados y
afortunadas, más o de una, o incluso muchas.
Un ejemplo claro es ese amigo o amiga
que has conocido en la guardería o en el parque y que, para siempre, será parte
de tu vida, y tú de la suya. Hay otros casos. Más tarde, cuando uno ya dejo la
infancia, y los derroteros de la vida le llevaron a cruzarse temporal y
espacialmente con alguien con quien se puede forjar una de esas amistades
eternas. Y esto pasa, y servidor cree ciegamente, tiene fe, e intuye, que seguirá
pasando.
“Los caminos del Señor son inescrutables” . Y en
ciertas ocasiones llega el momento de la despedida. Dice la canción, “El Adiós” ,(Amigos de Ginés): “Cuando
un amigo se va algo se muere en el alma”. Y a veces esto pasa. A servidor le acaba de
pasar hace un par de días y le ha pasado también antes. Recuerdo esta canción
de cuando iba a la escuela en mi pueblo y nuestro profesor, Don Pedro, muy
querido por todos, nos dejó para seguir su camino. Recuerdo aquel momento en el
que un artista de mi pueblo cantó esta canción con su guitarra. Literalmente la
emoción se cortaba a cuchillo y se mojaba en lágrimas antes de caer al suelo.
Servidor a día de hoy ya no lo ve tan
dramático. La experiencia enseña que, si la Amistad es de Verdad, el cuándo y
el donde no importan. Seguro que alguna vez se han rencontrado con ese amigo o
amiga del alma, que hace mucho tiempo que no ven, y después de los saludos y
los cinco primeros minutos de charla, parece como si fuera ayer. Ese ayer en el
que se conocieron. Hay algo en la Amistad de Verdad que es embriagador-alucinógeno
y tele-transportador, incluso místico. Es como si cuando dos amigos se rencuentran,
la Amistad los llevara a un universo sin tiempo ni espacio.
En homenaje a ese amigo que ha dejado
de cruzárseme todos los días, vamos a introducir un nuevo personaje: El Pegatrón.
Este señor es, como diríamos en mi
pueblo es, “pero que mu’ cansino”. El Pegatrón va a ser nuestro Abogado del Diablo.
Wikipedia lo define así:
“El término abogado del diablo se aplica por extensión a personas
que defienden una posición en la que no necesariamente creen, o a quienes
presentan a otro debatiente un argumento contra una posición en la que sí
creen. Este proceso permite comprobar la calidad del argumento original e
identificar las debilidades de su defensa.”
El Pegatrón nos va a ayudar a
comprobar la calidad y reflexionar sobre las debilidades de nuestros argumentos
en “Value Investing”. Aunque ni a
servidor ni al Inversor Inteligente Castellano este señor nos hace mucha
gracia, sabemos que su papel es de una tremenda importancia.
No debemos cegarnos en nuestras
propias palabras, creencias y argumentos, necesitamos a alguien que nos
recuerde continuamente que la moneda tiene otra cara, que el vaso esta medio
lleno o medio vacío, o que como decía Frederick Nietzsche “Los
hechos no existen, solo existen las interpretaciones”. Interpretaciones
hay muchas, prácticamente una por interpretador.
No debemos creer que lo sabemos todo,
o que sabemos más que otros o que entendemos el mundo mejor que nadie. No
debemos caer ni en la soberbia, ni en la arrogancia, ni en la prepotencia. El
Inversor Inteligente Castellano cultiva la humildad y la sencillez.
Servidor y el Inversor Castellano no
llaman al Pegatrón. El siempre esa
ahí, siempre a la escucha, e interrumpe cuando bien le parece oportuno.
Ustedes, queridos lectores y lectoras, pueden llamarle e invitarle a intervenir
cuando bien les plazca. En otras palabras, pueden ustedes convertirse en Pegatrones cuando gusten.
Permítanme ahora que me atreva con la
analogía entre invertir tiempo en Amistad y dinero en Negocios Extraordinarios.
·
Ambos son
selectivos. Todos sabemos que todos los amigos no son iguales, que
al menos, hay una frontera entre conocidos y amigos. Se habla del círculo
íntimo, de los amigos de verdad. Nuestro amigo el Sentido Común coincidirá con nosotros en que uno no puede ser amigo
de todo el mundo.
·
Ambos se
adquieren con la misma actitud: Para Siempre. Las Amistades de
Verdad se cultivan para que duren para siempre y los negocios extraordinarios
se adquieren para no venderlos nunca.
·
En ambos
casos, cuando la Amistad es de Verdad, y el Negocio es Extraordinario, el
cuándo deja de tener importancia. Uno no debe preocuparse todos los
días por el amigo de verdad ni por cómo va el negocio extraordinario. Uno
podría estar diez años sin saber nada de su amigo de verdad o diez años sin
comprobar el precio del Negocio
Extraordinario en el mercado. No importa. Ambos, cuando son de verdad,
ahora, en diez años, veinte o cincuenta, seguirán teniendo un valor intrínseco
enorme.
·
Ambos, aunque
raros y escasos, tienen una serie de rasgos característicos que los definen. Cada uno
sabe cómo son sus amigos del alma, y que es lo que tienen de especial que hace
que la Amistad florezca. El Inversor Castellano estudiará las características
que hacen florecer Negocios
Extraordinarios y eso le permitirá identificarlos.
Por supuesto hay diferencias. Un amigo
no tiene precio. El concepto de adquisición y la idea de Amistad viven en
universos sin intersección. En el caso de los Negocios Extraordinarios algunos de ellos viven en mercados en los
que se pueden adquirir y el Inversor Castellano así lo hace, y siempre con
grandes márgenes de seguridad.
Buenas Tardes
Alberto
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